del 20 de octubre de 2002 (355)

Mensaje para CULTURA


de Fernando Arrabal

(Sátrapa del Collège de Pataphysique)

Definiciones, jaculatorias y arrabalescos

DUDABA DE TODO SALVO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCION MUNDIAL

Fernando Arrabal dudando de la realidad y rodeado de espíritus virtuales (Foto de Lis)


Insensato:

Persona desprovista de sensatez, de sentido común o de razón. También se aplica a quién se daña o perjudica a sí mismo o a otro sin premeditación.

Esta segunda acepción se aplicaría a cada uno de los jurados del premio Goncourt, si dentro de unos días no premiaran a "L&Mac226;insensé" (Ed. Grasset, París) de Morgan Sportès. Por ¿premiosos?

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Herr Doktor:

Personaje principal de la novela de Morgan Sportés; "Richard Sorge" para su partida de nacimiento; "el camarade Sorge" para los mandamasas estalinistas; "el espía Sorge" para la Military Intelligence; "el espía que salvó a Moscú" para Robert Guillain; "Mystère Sorge" para Daniel Rondeau; "Monsieur Sorge" para el cineasta Yves Ciampi; "el espía de Stalin" para Robert Whymant; "el corresponsal de Frankfurter Zeitung en Japón" para los embajadores y los embaladores de Tokio...

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Espía:

Familiarmente llamado soplón o polizonte . Es la persona que con disimulo escucha (más que oye) e informa (más que comunica).

El espía alemán Richard Sorge enviaba sus mensajes en morse a Moscú a través de Vladivostok. Se entendía con el embajador de Alemania pero no tanto como con su mujer, incluso, cuando, bromeando, confesaba "soy un topo de la URSS". Podía recitar medio borracho páginas enteras de "Mein Kampf" y a solas escupir al retrato de Hitler: "austriaco enano, te voy a aplastar". Militante con fervor del marxismo-leninismo se exornaba, cínico: "al diablo la política y el amor; sólo el sexo me interesa". Rodeado de geishas de retiro, de burguesas de refugio y de agentes por lo menos dobles enviaba a Stalin las informaciones sobre la política japonesa y la ruptura del pacto germano-soviético. Entre chisguetes y orgasmos entonaba la marcha de la victoria del proletariado. Al corriente de todo, de día "zaratustresco" se divertía en público.... y de noche dudaba de todo salvo del triunfo de la república mundial comunista.

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Muerte del espía:

En el juego de espejos, alucinaciones y dismulos su propio yo muere ¿pensando que es otro el que desaparece con la soga al cuello?

Richard Sorge acabó ahorcado y traicionado. Tokio le propuso, sin éxito, a Stalin canjearle contra varios espías. Herr Doktor era ya ¡tan inútil! y además ¡sabía tanto! Lo que nunca supo, encalabozado, fue que Moscú, gracias a él no pereció encainazida. El "espía camaleón" fue ejecutado al amanecer del 7 de noviembre de 1944. Quince meses después de que su amada Katia, deportada en Siberia, muriera de frío. Sus últimas palabras fueron: "¡Viva el Ejército rojo!, ¡Viva la internacional comunista! , ¡Viva el partido comunista soviético!. Pero antes había implorado, sin otro testigo que su sayón: "Señor Buda ten piedad de mí".

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"A mayor gloria de Stalin":

Si Sportès no hubiera ya escrito "A mayor gloria de Dios" hubiera podido dar ese título a su última novela. Dando a Dios lo que es de Dios ...

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"A mayor gloria de Dios":

Santo y seña de la Compañía de Jesús. Lema de los jesuitas ¿poniendo a Dios por testigo?

Divina novela (Ed. Edhasa, Barcelona, 1994) de Sportés. Cuenta la tentativa, a finales del siglo XVII, de socorrer en Siam a la aristocracia y al pueblo "víctimas de mercaderes holandeses e ingleses", gracias a una expedición tramada en Versalles entre mercenarios, jesuitas e iluminados. Expedición que, de paso, intentó conquistar tierras para Luis XIV y las almas de los nativos. Pero la población local se resistió a subir al cielo por escaleras de sangre y fuego.

Las dos novelas de Sportès son dos requiem a la vanagloria y a los sueños de la razón... desde el jesuita hasta el estalinista: ¿las dos torres gemelas del pensamiento del siglo XX? Sportès, heredero de Rabelais y con la erudición du Herr Doktor (amigo de Adorno, de Brecht, de Hindemith...) surge elegante, seductor y calavera, como les gusta... ¿solamente a las japonesas?

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Jaculatorias [del latín ejaculare&Mac226;]:

"...para escribir esta novela he pasado seis meses estudiosamente consagrados al consumo de saké en los innumerables bares de Tokyo, Kioto..."

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Otro arrabalesco: Estaba en la gloria, feliz... pero sus enemigos exigieron: "que en gloria esté".