ARRABAL

EL MUNDO del 13 de abril de 2003 (380)


El humilde cero de las riberas de Babilonia detuvo a la arrogancia acorazada.


Alegoría de la barcarola del cero con un arrabal junto al cielo. Foto Carlos G. N.

Definiciones, jaculatorias y arrabalescos

DEFINICIONES


"Canular":

Patochada gala de gilisoso para gilibobo. Mistificación del mismo género del visible bromazo para "cámara invisible" o del atraco con camama de memo; imperdonable cuando la realiza un escritor. ¿Podemos imaginar a Cervantes o a Montaigne burlándose de sus lectores con falsificaciones?


J.C. Bermúdez me envía este emilio: "Tiene usted una formidable imaginación, pero ¿por qué se saca de la manga (¡en tiempos de guerra!) una trola tan divertida (¿para usted?) como la que acabo de leer en EL MUNDO del domingo: En Babilonia se inventó el cero. Dos mil trescientos años después el acorazado "Yorktown" quedó sin vida inmovilizado en el océano por culpa de un cero de más en su programa".

En verdad el "Yorktown" es un acorazado lanza-misiles de la marina de guerra americana cuya construcción costó un millar de millones de dólares. El 21 de septiembre de 1997, en el Océano Atlántico, a la altura del estado de Virginia, fue tocado y detenido por un cero y no por un misil enemigo. El nuevo programa de sus motores (de 80.000 caballos de vapor) fue instalado aquella misma mañana. El equipo de informáticos se olvidó de suprimir el cero del código. Cuando el sistema intentó dividir por cero las cifras que recibía, se desconectaron los motores y el barco quedó paralizado. Los especialistas tardaron dos días en reparar la avería. ¡Que nadie ría!

300 años antes de J.C. cerca de la actual Bagdad, los babilonios utilizaron en sus ábacos (por vez primera en la historia de la Humanidad) dos rayitas inclinadas para representar el vacío y la ausencia: al cero. Y el humilde cero de las "riberas de Babilonia" detuvo a la arrogancia acorazada.

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Masturbación:

Manipulación considerada ayer como horroroso pecado, tremenda enfermedad, o "very great crime" pero que hoy se alza al rango de norma y su ausencia, de anomalía. ¿Se llegará a exigir este manoseo (con tebeo), de 5 a 7, en los colegios de párvulos?


En Albacete (patrocinado por la transcendente "Barcarola" y su director José Manuel Martínez Cano) pronuncié la conferencia inaugural del IV Congreso de Neuropsiquiatría y Salud Mental. Recordé que el doctor O.S.Fowler escribió en 1875: "El onanismo causa más estragos, parálisis, y enfermedades que todas las depravaciones sexuales combinadas. No hay ningún mal que se pueda comparar con él"; recordé que en 1885, su colega Casterman describió el caso clínico de "una campesina que como consecuencia de su vergonzoso vicio perdió la nariz, en lugar de la cual le salió una protuberancia del tamaño de un guisante. Con los labios casi consumidos, la abertura de la boca era tan angosta que era difícil meterle el meñique."; recordé que el doctor Alexis Clerc, ateo radical, prescribió "la ‘infabulación’ o la clitoritomía... para que cese esta locura que causa cada día mayores daños", mientras que, por su parte, el Doctor Milton, en 1887, recomendó "anillos con puntas de acero para que, colocados en el pene, provoquen un dolor insoportable en caso de erección"; recordé cómo en 1892 el doctor Yellewless recomendó: "se debe estrechar el orificio del prepucio... o practicar la ablación del clítoris... o la cauterización de la uretra; operación ciertamente dolorosa pero eficaz"; recordé cómo el doctor Guersant, en una sabia comunicación ovacionada por todos sus colegas, proclamó: "a mis enfermos les opero de fimosis y prolongo las heridas durante seis semanas ... o bien reseco y cauterizo el pliegue prepucial del clítoris. Estas operaciones muy dolorosas llevan consigo una acción moral que inspira a los onanistas un terror saludable"; recordé cómo el doctor Deguise declaró en 1893: "Durante un año entero, a pesar de la súplicas

del joven paciente, le he mantenido el pus en el canal de la uretra con cauterizaciones repetidas; le causaban una irritación que le hacían imposible cualquier toque. Hoy el joven, que ya es un hombre, agradece mi tenacidad"; recordé cómo Diderot aconsejó a Catalina II que se vigilaran los lugares donde los cadetes tenían que hacer sus necesidades, y cómo Voltaire se refiere a las consecuencias funestas de "esta horrorosa costumbre que causa la impotencia, la depravación del estómago, el tembleque, los vértigos y la muerte prematura. Hay ejemplos que nos hacen temblar"; recordé cómo las razas o clases "inferiores" fueron acusadas como "pervertidores o causantes del mal". Y también recordé cómo el mismísimo Freud, el 7 de febrero de 1912, aseguró ante un auditorio público que: "la masturbación es nociva como lo afianza el hecho de que el embrutecimiento de los jóvenes árabes es debido a la masturbación excesiva y a la práctica de ella sin ninguna inhibición".

Un simpático y erudito sicoanalista me felicitó por "mi sarta de inventos" y, muy especialmente por las frases que "había puesto en boca de Freud". Concluyó, condescendiente: "Es usted un verdadero provocador".

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Jaculatoria [del latín "jaculari"]:


"A mis certidumbres voy

de mis certidumbres vengo

porque para andar errado

me basta mi pensamiento".

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Otro arrabalesco: El sujeto vacuo tachó de vacío el objeto del escultor.

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