ARTICLE SUR ARRABAL:

 

6/2/01


Un lúcido histrión

 

El dramaturgo Fernando Arrabal no defraudó a los que fueron ayer al foro de teatro a ver al personaje que de sí mismo ha hecho y no al hombre de letras

 

Las ‘vacas locas’ yios pilones; la teoría de los motivos y el principio de indeterminación; Franco, Hitler y Stalin; Dios... No faltó de nada en la rueda de prensa que Femando Arrabal ofreció ayer antes de su conferencia en el ‘macrocongresd de teatro.
El dramaturgo melillense no contestó a las preguntas referidas al congreso "porque casi nunca asisto a debates ni mesas redondas como ésta. Me encuentro muy mal en todo lo redondo, desde una cama a una mesa”.
Sin embargo, no aclaró el porqué de su presencia en el foro organizado por España Nuevo Milenio, sociedad estatal que también ha financiado la reposición, esta temporada, de su obra Cementerio de automóviles.
En una histriónica comparecencia ante la prensa, Femando Arrabal se atribuyó la condición "de ser uno de los escritores más célebres, quizás el más célebre, de mi país”, pero, a la vez, reconoció ser "uno de los más desconocidos: dudo que alguien conozca alguna novela mía”.
La ignorancia que, a su juicio, existe en España respecto a su obra literaria planeó sobre toda su intervención. Hizo extensiva esta ignorancia a sus incursiones en el cine (ha dirigido siete pelí
culas), que va a ser objeto de un cido en Paris "mientras que aquí sele otorga la condición de Atlántida desaparecida”.
El autor de Bárbaro de hoy afirmó que el teatro le interesa actualmente "como aforismo, ingenio, a la manera de Gracián” y resaltó la "intemporalidad y atemporalidad” de las artes escénicas.
Asimismo, comparó el trabajo del dramaturgo con el del matemático: "Las ecuaciones, la teoría de los motivos, interesan tambiénalartista, cuya misión es hilar cada vez más fino”.
En este sentido, denostó la fantasía como fuente de creatividad: "Pirandello decía que por la noche le visitaba una mujer vestida de negro: la fantasía. La mujer que viene a yerme a mi cada noche viste de todos los colores y no se llama fantasía, sino imaginación. Porque la imaginación es, nada más ni nada menos, que el arte de mezclar nuestros recuerdos”.
Finalmente, un deseo: "No ocupar jamás el puesto que los que me quieren creen que debería tener”.
afierro@diavalladolid.es

Alejandro Fierro
oVALLADOLID