THEATRE:

1 de abril de 2001

Mi pretendida excentricidad (¡La bien llamada!) me distancia del centro "correcto”

Por Javier Esteban

 

Después de una larga gira por el resto de España, llega finalmente El cementerio de automóviles a Madrid. Las termitas y la carcoma han impedido que se estrene en el Centro Dramático Nacional; por eso lo hará en el prestigioso Teatro Abadía -el estreno será el próximo 6 de abril-. Los teatros alternativos representan por doquier sus piezas dramáticas que siguen siendo cien por cien actuales; de hecho, Arrabal posee la siempre viva actualidad de los clásicos. Clásico, sí, pero al día: hace unos meses se editó en formato digital y en venta exclusiva en internet, su novela Paraísos artificiales.
Mientras florecen los almendros, se abre una primavera netamente arrabalesca.


Generación XXI.- ¿Qué sensación te produce esta primavera arrabalesca?

Fernando Arrabal.- El teatro primaveral provoca una vacilación ¡tan diferente a la que genera el teatro invernal! Mi bolsillo del pantalón hierve durante la representación. El teatro se alza en oráculo sacro como la última vértebra del lomo. Se ha visto siempre el Cementerio de automóviles que escribí en pleno invierno de 1957 a tiro de talibán y con montajes memorables... de los que ni yo mismo quiero acordarme. La versión primaveral de 1959, nunca representada, es una premonición ¿dónde se escondía mi yo?... ¡y mi futura circunstancia!
Concebí el primer Cementerio de automóviles en Madrid entre la Almudena y el Palacio de las Pipas en época de ‘pajilleras’. Lo alumbré en un sanatorio antituberculoso francés. La versión de 1959 verá la luz editada dentro de una semana por el Hospital de Incurables (alias ‘Innombrable’) de Zaragoza que dirige el poeta Raúl Herrero. Tras cuarenta y dos años de embarazo.

GXXI.-¿Tu trayectoria profesional rompe para siempre el dicho de que nadie es profeta en su tierra?

R. A.- Para mí el interés (o repulsión) que aquí (o más incomprensible: allá) despierta mi obra es un misterio ¡místico! Desde la Virgen Roja dirigida por Carlos Bolívar hasta Breviario de amor de un halterófilo dirigida por Aguinaga (ambas de inminente estreno en Madrid) todas mis piezas brotaron de forma semejante. El enamorado se acuesta con ella ¡para verla dormir! Pero el autor sólo sabe saltar al vacío desde su castillo en el aire. Cuando el dramaturgo se cansa de la locura entra en filosofía.
Me acaban de informar la "European Academy of Arts, Sciences and Humanities" y la Universidad de Milán de un acto suplementario de este incomprensible rechazo ¡profético! Pero la obra de un escritor no la escriben ... los premios. No me acostumbro a vivir en la tierra donde aún se grita "¡desterrados go home!"

GXXI.- El movimiento patafísico va tomando -y violando- el cuerpo en la piel de toro y otras partes del Imperio. El nombramiento de CJC como Sátrapa - título que tú mismo ostentas, junto a lo mejor de la intelectualidad europea- es un acontecimiento genital. Una y mil veces, ¿puedes explicarnos qué es eso de la Patafísica?

F. A.- El Cuerpo de Sátrapas (de tan pocos miembros) se ha enriquecido en el siglo XX con los creadores más relevantes de la época, de Marcel Duchamp, Ionesco y Man Ray hasta Max Ernst. Acabamos de cooptar a los neo-transcendentes Camilo José Cela, Dario Fo. La esencia del Colegio es la "substancia” misma del mundo como centro de investigaciones sabias e inútiles: ausculta el ‘big-bang’ astrofísico, conoce la filosofía (¡en todas sus vías!), interroga la indeterminación cuántica, concibe los ‘motivos’ post-fractales y levita con el amor del amor. A partir de hoy el Cuerpo de Sátrapas se reunirá todos los años el día 8 de diciembre en mi domicilio de París bajo ‘Transcendencia’ de Topor: cuadro que acaba de ser apuñalado por un fanático errático de la exposición patafísica de Chartres. Se cooptará (por primera y única vez cada año) a un nuevo sátrapa. La reunión virtual (¡y virtuosa!) se abrirá y cerrará ese día a través de un forum electrónico o "fastuosamente” para los cybernófobos. Sólo participarán en cuerpo y alma los nostálgicos de Miguel Strogoff y los colegiales de pasaje y linaje.

GXXI.- Fórmulas matemáticas, ecuaciones cósmicas, llaves químicas del cuerpo y el cerebro. Pero, en realidad, poco se ha cambiado desde el siglo V a. De C. ¿No es esto titanismo científico, superstición tecnológica? ¿No has explicado que la Era de los titanes concluyó hace ya tiempo?

F. A.- Me interesa la ciencia que (lejos de dogmatismos titanescos y positivitas) proponga soluciones imaginarias La ciencia de lo particular, sin dejarse atropellar por la afirmación materialista de que sólo hay ciencia de lo general . En plena cordura ¡y locura! Deberíamos estudiar las leyes que rigen las excepciones e iluminar o explicar el universo suplementario. El filósofo Gilles Deleuze señaló que Heidegger: "tuvo un precursor (la ’Patafísica) sin que el mismo lo supiera... Esta ciencia es el adelantado de las escuelas filosóficas no dogmáticas de hoy". Internet es, con el teatro de catacumbas ¿el último baluarte de la resistencia aunque no luchemos contra nadie? La oscuridad, como el cyberspace, es un escondite para que los que quieren que nadie les vea puedan guarecerse.

GXXI.- Houellebecq, Kundera, Arrabal... el grupo de París. Hou sostiene que pertenece a un grupo literario que da más importancia a lo que sucede, a explicar lo que está pasando, que a hacer estilo. ¿Estás de acuerdo?

F. A.- Siempre tendrá más sentido beber en la obra de los vencidos (Diógenes, San Agustín, Maimónides, Averroes, Dalí, Rimbaud, Hölderlin o mis amigos de París) que en las de los vencedores (Aristóteles o Santo Tomás): camaleones daltonianos con estilo depurado que terminaron por no ser ellos mismos..

GXXI.-¿Por qué es España se piensa que Arrabal es un escandaloso y no un intelectual?

F. A.- Mi pretendida excentricidad (¡la bien llamada!) me distancia del centro "correcto". Pero es tan espontánea como la poesía. Igual a mí mismo: a nadie me parezco '¡hélas!'

GXXI.- Hace ya 10 años dedicaste diversas conferencias a Las vacas locas ¿Cómo ese augurio? ¿Te resulta una enfermedad familiar?

F. A.- En mis conferencias, la referencia a la ‘vaca loca’ desde hace diez años, siempre provocó tempestades de carcajadas. La simple mención del mal pareció a los entendidos una genialidad inventada como para descuajaringarse de risa y de cuajo. Era casi imposible romper la hilaridad general o mantenerla en risa retozona, cuando daba mi opinión sobre el origen de la vaca loca, sobre el tembleque de las ovejas merinos (emigrantes españolas del XVIII), sobre la indeterminación cuántica de la biología molecular de hoy (paralela a la ambigüedad cervantina o la confusión pánica) o sobre el "temblor del miedo" (el "kurú") de los aborígenes caníbales. El único que hubiera podido tomar en serio mis propósitos (¡sin despropósito!) era el catedrático de la Universidad de Zaragoza, Juan José Badiola. Cuando, hace dos veranos, coincidimos en la Universidad del Escorial, me hizo una pregunta pertinente y documentada (que hubiera tentado a la risa al respetable) : "¿Es usted "Arrabal", el padre de Samuel... el investigador de la transmisión del prión del animal al hombre? Toda referencia actual en mis charlas a los ‘sátrapas’ también provoca un estallido de risa. No digamos si les llamo por su nombre: "Transcendentes Sátrapas", y peor aún si le doy el tratamiento completo: "Transcendentes Sátrapas del Colegio de ’Patafísica. Poco antes de morir Ionesco dijo: "Estoy cubierto de galardones pero el título que más me importa es el de Sátrapa: el Colegio de ’Patafísica corona todas las academias presentes, pasadas o por venir".

GXXI.-¿A qué dioses está dedicado todo este sacrificio de ganado vacuno, caprino, porcino y humano?

F. A.- Soy un agnóstico creyente o un místico positivista que sueña con ser santo. Y que repite tórridamente como San Agustín, los pánicos y los surrealistas: "ama y haz lo que quieras". Únicamente la ostra que se encierra dentro de una perla no celebra la ceremonia de la confusión.

GXXI.-.-Clonación sí, clonación no. Si el alma no se puede clonar , ¿cuál es entonces el problema?

F. A.- He sido clonado tres veces. Con tres rupturas físicas, igualmente dolorosas y determinantes en mi vida de escritor. Las tres respetan sistemáticamente el ciclo de los 23 años. Fueron tres clonaciones (cual tres renacimientos) entre sangre, sudor y lágrimas. A los 23 años un joven aprendiz de médico y experto nacional-sindicalista intentó matarme en plena calle madrileña por convicciones políticas. Acto seguido me fui de España sin poder respirar física y espiritualmente. Mis pulmones estaban encharcados por los bacilos tuberculosos. Y parecía que se iba a celebrar mi corrida y muerte en un sanatorio francés. Se me operó, con la barbarie habitual en estos casos. Y renací clonado.
23 años después, cuando tenía 46, se me abrió la puerta grande. Iba a volver a España y a estrenar de la mano de los tres mayores directores teatrales del momento: Grüber, Victor García y Fernández; con los más prestigiosos actores españoles y en teatros multitudinarios. Otra dolorosa clonación física precedió de unos días al rechazo clamoroso, en mi propio país, de mi obra literaria y de mi moral de desterrado.
23 años después (¡hoy!) vivo la tercera clonación. La muerte de mi madre va a acarrearme las perturbaciones físicas y espirituales probablemente mayores de mi vida. Manos anónimas la acaparan en Madrid impidiéndome incluso que pueda despedirme de ella y besarla. Paralelamente se celebran dos misterios: mi obra –inmutable desde el primer sainete– se enriquece con matices inesperados y en mi propio país también parece enriquecerse esa minoría que (al margen del poder cultural) me ha hecho siempre el honor inmerecido de respetarme.
Despojo de futuro todo lo que confieso a todos. Felizmente no ocupo el lugar que según los que me quieren debería corresponderme.

GXXI.- ¿Dónde se traviste hoy la vanguardia?

F. A.- Hemos tratado siempre de eliminar la palabra belicista "vanguardia". Y no nos gustó el término "el teatro" para designar la zona de combate durante la guerra fría.

GXXI. ¿Es verdad que Arrabal tiene su cerebro dentro de su inseparable Dulcinea, la catedrática Luce Arrabal?

F. A.- Un día Lis (la Julieta de Fando) escribirá, pieza a pieza, las estaciones de mi via-crucis bio-bibliográfico. ¡Tanto monta, monta tanto...! A Shakespeare no le dieron Oscar alguno ni sus manos dejaron huellas en la acera de ningún hotel.

GXXI.- ¿Sigues creyendo en los milagros? ¿Cuáles?

F. A.- El antirracionalismo me sirve para jugar al ajedrez, las matemáticas para meditar y los arrebatos sensuales me conducen a Dios.

GXXI.-¿Te gustaría tener piezas de recambio en un laboratorio? ¿Cambiarías tu fama por la inmortalidad física? ¿Prefieres la resurrección de los muertos?

F. A.- Quise ser una paloma real y no un cocodrilo. Un ave con una mancha amarilla en el arranque del pico y que anda a pasitos casi desequilibrada por sus enormes alas de ángel. Para no sufrir me empezaron muy pronto a salir arrugas. Eran los pliegues y las rugosidades de mi alma. Este plisado lo creaban los liliputienses talibanes estirando la piel de mi cara durante mi sueño. Cuando me despertaba la soltaban , formaban así esos surcos tan significativos... que por nada del mundo aceptaría que los cambiara una clonación.

GXXI.- Con perdón, ¿De qué se sorprende Arrabal?

F. A.- Me sorprenden los saqueadores talibanes: en vez de repartirse los bienes se pudren con ellos. Una nonagenaria y sus tres biznietos fueron expoliados sigilosamente por la misma razón: ella ya no tenía toda su cabeza y ellos, menores, aun no la habían alcanzado. Verse morir despojada de su fortuna y cubierta de deudas ¿le permitió alcanzar la santidad? ¡Bienaventurados los pobres....! Ella también hubiera podido recibir la calificación (o el sambenito) de "pobre de solemnidad" que le dieron los vencedores a mi padre (en verdad ¡aprendiz de santo!) en el pasillo de la muerte del penal del Hacho. Mi padre santo, rojo y condenado a muerte mientras yo escribía guíaba mi vida. Y me dictaba las palabras del Cementerio. Jugamos a ser dioses y a veces lo conseguimos. Al suicida sui-generis el suicidio no le sorprende: le sabe a poco.

GXXI. – ¿Cuál ha sido tu último sueño

F. A.- A menudo mis sueños son escatológicos y pornográficos. Pero en una de mis frecuentes pesadillas ...todo se llena de sangre en el catre de espinas con el corazón en la mano. Y veo a mi padre agonizar ante la presencia de los verdugos con mi madre ... Cuando en verdad aunque condenado a muerte, se escapó para nunca más volver. Lo que veo y vi siempre, es un sueño despierto. Pero ¿vivo más tarde que la eternidad y sin despertador?
Fernando Arrabal (junto al cielo) París, 27-3-2001