NOUVEAU LIVRE:

 

PREFACIO AL Elogio de la locura de

Erasmo de Rotterdam
DE F. ARRABAL

EFÍMERO PÁNICO...
HAPPENING TEOLÓGICO

"Elogio de la locura" es una antífrasis como sería el título "¡Viva la
polución!" para una obra ecologista. Y la Locura (del Elogio) tiene como
misión la de denunciar su propia superchería. Por ello el libro se llama
también Encomio de la Estulticia.

Pero Ms. Locura no sólo es un personaje, sino un yo innegable. Desde su
primera publicación los lectores, súbitamente, pudieron identificarse con
ella. Su discurso era ¡tan pertinente y bien trabado! "¡Se diría un
sermón!" Y no cesaron ¿hasta hoy? de hacerse preguntas sobre este
universo de bolsillo (en edición ídem ). Mundo donde todo se puede ver,
oir, meditar y analizar. Porque el elogio es un tratado de humanismo. Y
sobre todo una cruel lección de moral práctica brotada de una religiosidad
¡tan original!

Pero para algunos de los contemporáneos del autor sólo fue una declamación
brillante y superficial donde lo único que cuenta es la paradoja. O una
fiesta teológica de carnaval. O una especie de efímero pánico (¡un
happening!) apologético improvisado en púlpito.

En realidad a Erasmo se le ocurrió la idea ¡a caballo! En julio de 1509, a
los 42 años, cuando iba de Roma a Inglaterra atravesando los Alpes por
Suiza. Al llegar a Londres, en una semanas, redactó el elogio en la casa de
Bucklesbury deThomas More, compañero de fatigas y placeres y futuro mártir
de la Torre de Londres.
La primera edición, en latín, es de 1511. La publicó en Estrasburgo
Mathias Schurer. En 1520 vieron la luz la primera traducción francesa y la
checa. Y desde entonces ¡qué cantidad de ediciones, traducciones e incluso
adaptaciones más o menos erasmistas! Es el triunfo constante y loco de
este manual de sensatez. Y que ya todos pueden leer en su propia salsa.
Pero ¿se conoce el libro mas allá del título?

*

Erasmo murió el 12 de julio (¡y no el 18!) del 36 (del siglo XVI) . En
Basilea. Había nacido bastardo el 27 o 28 de octubre de 1469 en Rotterdam.
Hijo de un cura y de una "margarita", hija de médico, se quedó huérfano a
los 16 años, cuando a los tórridos concubinos les mató la peste.

Fue un viajero incansable... pero siempre por algún motivo razonable. Viajó
para ver a Carlos V en Bruselas o Aquisgrán, para consultar un manuscrito, o
para ver a un editor , o para buscar mecenas, o para huir de la guerra, o de
la peste, o de la fiebres malignas o de ideas subversivas. Fue un patriota
de su pueblo, Rotterdam, pero sobre todo un européo cosmpolita, antes del
parto de los montes y el euro.

Este precursor de Gracián será consejero político de Carlos V y mantendrá
excelentes relaciones con su rival Francisco I. A ambos les exhortará a la
Paz. Fue enemigo del papa guerrero Julio II, pero se opuso a la conquista de
Italia por Luis XII. Y tuvo con Lutero relaciones de estima.

No fundó una religion como Calvino. No quiso dar el penoso espectáculo de
su propio martirio o su tortura a causa de sus ideas. ¿Fue un filósofo? ¿Un
teólogo? ¿Un líder? ¿Un hombre político? Ninguna de estas etiquetas le
definen: se adelantó y anunció al hombre del Renacimiento. Como pacifista
trató de educar al príncipe con su Ciceronien, para llevarle a la creación
con la inteligencia.

Yo mismo, humilmente, le considero como el gran catedrático (¡sin
diplomas!) de su época. El gran preceptor. El maestro del pensamiento
"libre" para su tiempo y para hoy... por lo menos. Con un efecto resaca: se
preguntó, discutió y puso en tela de juicio su propia pregunta y su
respuesta. Más que pedagogo, fue un consejero pedagógico. Por ello escribió
miles de cartas a cientos de corresponsales en toda Europa. Hacía
concesiones sobre la manera, aunque no llegó a combatir el principio. Su
obra en general es tan diversa, variada y al mismo tiempo ¡tan homogenea!

No tenía voluntad herética (hoy diríase "revolucionaria"). Pero se servía
del humanismo y de la religiosidad como valores absolutos e intemporales.
Una vez establecida esta premisa, proponía una apertura con un humanismo
"distinto, otro". Pero todo girando en torno a este eje con la cohesión
indispensable.

El cristianismo, para él, es una mera ética. Ni los sacramentos ni la
administración eclesiástica le importaron demasiado. Fue agresivamente
satírico con las costumbres monacales y los abusos de la Iglesia.

Igual a sí mismo, a nadie se parecía y reconoció: "El mundo tiene su propio
orden... conviene no perturbarle". Escribía... y se sentía torrente con el
torrente, brisa con la brisa.

Si un periodista le hubiera preguntado por su best-seller... es decir por
el sentido de la existencia humana, hubiera sido muy capaz de responder:
"Nos referimos al cielo y al infierno. Lo importante es la perfección
posible de nuestra propia humanidad que llevamos en nuestros adentros...
Soy tan neutro como me es posible serlo y creo que una restricción hábil
puede dar mejor resultados que una brutal intervención".

Su libro llegó a la fama sin que a él mismo se le conozca. Trató de ser
normal y corriente y nunca lo consiguió. El coloso de Ro... tterdam ¡no era
ningún loco!

F.ARRABAL (OCTUBRE DE 1999)

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