BARCELONA. M. GüeII
Las salas alternativas de Barcelona son un punto de referencia
para tantas compañías venidas de fuera. Si en nuestra
ciudad se quejan porque no reciben todo el mimo de las instituciones,
«en Sevilla la cosa está más complicadilla
y muy politizada», explican los componentes de La Matrona,
que estrenan esta noche «El Triciclo», de Fernando
Arrabal, en el Versus Teatre.
La suerte de viajar con este espec-táculo,
que lleva en gira desde su estreno ahora hace un año,
les ha valido premios y tantos aplausos. Para los actores, el
texto de Arrabal «construye personajes divertidos, alocados
y sobre todo humanos». «El triciclo» cuenta
la historia de cuatro seres sin hogar que pasan frío.
«Le hemos dado un toque circense; por la combinación
de alegría y tristeza que contiene», destaca Marina
Samper, única actriz de la compañía.
El montaje persigue la sonrisa del espectador. «No buscamos
que la gente se parta de risa pero sí que entre bien y
disfrute con los protagonistas», añade Chico Mora.
La escenografía y el vestuario van en acorde con la idea
de «clown de posguerra» que combina la amargura y
la sobriedad de los tiempos difíciles. «Utilizamos
sólo dos elementos: un camastro y un triciclo»,
subraya Marilia Samper.
El autor Fernando Arrabal «es universal y sus textos pueden
viajar por diferentes contextos sociales», explica el director
del montaje, Paco Montes, que ha mantenido una relación
telefónica con Arrabal durante estos meses y que por fin
ayer consiguió hablar cara a cara con el autor en una
cita fugaz en el aereopuerto de Barcelona.
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