NOUVEAU LIVRE:

 

LA VERDAD

 

14 de abril de 2000

 

 Dos TEXTOS DEL EXTRAVAGANTE y RADICAL FERNANDO ARRABAL, DOS TEXTOS INÉDITOS en castellano, publicados en Murcia y coordinados ambos por el profesor Francisco Torres Monreal. Dos textos de iniciación al laberinto. Arrabal iconoclasta, Arrabal corrosivo, hiperbólico, obsceno, delirante. La Escuela Superior de Arte Dramàtico de Murcia, en su colección Miscelánea, ha editado el guión de la película 'J.L. Borges, una vida de poesíá; la Universidad de Murcia, por su parte, publica 'Cartas a Julius Baltazar', un apasionante epistolario - la elocuencia se hace humor y el humor se convierte en poema- . Escribe Arrabal. «Apaga las estrellas por la mañana».

 

Arrabal-Borges-Baltasar

La Escuela de Arte Dramático y la Universidad de Murcia publican dos textos inéditos en castellano del dramaturgo> coo rdi nados por Francisco Torres Monreal

Femando Arrabal, junto a la obra Nacimiento de Arrabal, del pintor Luis Arnaiz, expuesta en el Museo de la Ciudad de Valencia.

 

Como si viviésemos en el tiempo del exterminio de las metáforas y hubiese que emplearlas todas antes de de su desaparición. Pero sabiendo que «el arte es simulacro». Torrencial y tórrido. Con descripciones pre-cisas y profanaciones excelsas. Dos textos de Fernando Arrabal de reciente publicación en Murcia. Dos textos de género extraño, uno de ellos es un guión de cine y el otro un epistolario. Pero en ambos está Fernando Arrabal y en ambos hay claves huellas, signos, vida, estremeci-mientos. «Dos textos menores en la apreciación del público, pcro dos textos básicos porque llevan su sello de una manera más descarada que las novelas y las obras de teatro», explica Torres Monreal.
Dos libros que coinciden con la aparición de la úlitima novela del dramaturgo melillense, Levitación (Seix Barral). Una narración -su primer titulo era El funámbulo de Dios, al menos eso explicó Arrabal en Murcia- en la que un paralitico muy religioso es seducido casi hasta la saciedad -«especie de tórrido paraíso o infierno sexual»- por dós enfer-meras bulímicas y una pareja de homosexuales.

 «Mguel Espinosa es probablemente el mayor novelista español del siglo», afirma Arrabal


J.L. Borges, una vida de poesía - traducido por frene Torres Ramos- es el guión para la película del mismo titulo. En un estudio preliminar, El cine de Arrabal, Torres Monreal argumenta que «Arrabal se lee en Borges». «Es el escritor que ha pasado la época de las provocaciones suprarrealistas y ha entrado en un espacio de serenidad..., serenidad que en Arrabal tiene muchos matices porque nunca consigue matar al niño que ha sido nial diablo que lleva dentro. Es un escritor que ha sufrido mucho y según el dolor se apaga, se acentúa su carácter lúdico».
En palabras de Borges, Arrabal se reconoce: «Hay que desconfiar de las teorías estéticas», «Lo único que sabemos es que el futuro será diferente de nosotros», «No tengo obra, algún fragmento», «El sueño que cambia, que se sueña, que se sorprende de soñar. Todo eso se llama fliosofía, metafísica, también poesía. Sólo creo en eso»; «Cuando dormimos no somos nadie. Somos dioses, somos todo»; «Cada uno de nosotros vive como si fuera inmortal». Arrabal se mueve y mueve sus imágenes con la voz de Borges «Se habla de la muerte de los dioses, del bien y del mal. Pero luego surge una isla, y a esa isla llegan los dioses y se encuentran las piezas del ajedrez con que jugaban antes, es decir, vuelve otra vez el mundo».
Con las palabras del autor de Los Conjurados Arrabal monta una película sin género -no es un documental, no es ficción -, un puzzle con imágenes de sus propias películas (El cementerio de automóviles , Adiós Babilonia y El árbol de Guernica) e imágenes de Borges en diferentes congresos y conferencias.
«Arrabal rompe el género documental-entrevista. En el momento que un producto, sea cual sea, pasa por sus manos, hay que comenzar a desconfiar porque es dificil que sea capaz de doblegarse a una poética ajena. Sus imágenes son poéticas porque crean distancia y ambigüedad respecto al texto y las palabras de Borges. Cuánto más información falta, más creatividad exige en el espectador. La poesía neosuperrealista de Arrabal salpica todo el texto» ,subra-ya el profesor Torres Monreal.
El otro libro es Cartas a Julius Baltazar, con introducción de Martínez Arnaldos y tres postfacios de Milan Kundera, Michel Déon y Torres Monreal. Un epistolario que se puede leer también como un largo poema. Misivas de Arrabal al pintor Baltazar entre 1976 y 1993. Un libro, como diría el propio Arrabal, forrrr-mi-da-ble. Un libro en el que se asoman muchos de los creadores de este siglo, de Dalí a Truman Capote -«Bello, nacido en la edad
media, lujoso como una fiera»-, pasado por Gore Vidal, Chaplin
- «sólo recibe, aparte de a los viejos de la vieja, a médicos vegetarianos o aparadores Enrique VI»-, Cortázar - «entre zalemas y reverencias al tirano de Cuba, se acuerda de que... también es escritor»-, Orson Welles - «de clergyman obeso»-, Jim Morrison - «nos comimos dos macetas de geranios: las flores sazonadas con un poco de barro»-, John Lennon y su prometida japonesa, Cela -merece una docena de Premios Nobel... pero sólo ha tenido
uno»-, Francis Bacon -«no comprende nada.. y quiere siempre chuparme»-, Ionesco - «se envuelve en los pliegues de la inmortalidad o con las togas de la sabiduría»-. Libro en el que Femando Arrabal afirma que Miguel Espinosa es «probablemente el mayor novelista español del siglo.., muerto en el anonimato no ha mucho, como cumple bajo el mármol».
Libro de recomendaciones y quizá destinos: «Sé prudente en la amistad... no vayas dema-siado deprisa. Abre bien el
ojo... no des más de lo que recibes. ¡Pasa y desprecia!». Libro de interrogantes: «¿Estalla la belleza con la perseverancia?». Libro de estallidos:
«No lleves cimitarras contigo. Las armas confieren pestilencia.... los mondadientes a los cuatro vientos, dejan flotar las almas».
Libro de pasiones: «Sé que me detestas.... amamantado con la leche de las Musas y de las madreselvas». Libro de cotidianeidades: «No te olvides de comprarme chorizo para la merienda». Libro de otras cotidianeidades: «He comprado todos. los colores que querías y 10 cazamoscas muertas, como dice la can-ción». Libro de certezas: «El fir- mamento está muerto, ¡cielo!» y de promesas: «En el peor de los casos nos veremos en el Purgatorio por haber leído en exceso a Montaigne o con exceso haber amado la Monar-quía libertaria y regicida».
Libro de saberes: «Conozco la desesperación de los transatlánticos y de las princesa enfermas del y de alcoholes: «Ensordecido por el canto de los barqueros, me emborracho entre gruñidos», y también de fidelidades: «Tus amigos son mis amigos y sus tortugas también>>.

 

Cartas de Arrabal

a Francisco Torres Monreal

Un insólito epistolario

 

El profesor de la Universidad de Murcia, titular de Filología Francesa, Francisco Torres Monreal, arrabaliano confeso- arrabaliano algo cansado-, es responsable de la edición crítica del Teatro Completo de Arrabal (Espasa Calpe), autor, entre otros libros, de lntoducción al teatro de Arrabal y El teatro español en Francia (1935-1973), y fue director del congreso Teatro y referentes sagrados: de Michel de GheIderode a Fernando Arrabal, que se clausuró en diciembre en Murcia.
Torres Monreal tiene una constante correspondencia con Arrabal, un extenso epistolario en el que aparecen los más variados temas rela-cionados con ediciones, traducciones; pero también hay cuestiones políticas y personales. Ababol publica algunas de estas cartas en las que está presente el estilo libre y lúdico de Arrabal. Algunas de ellas deben entenderse en el contexto de la publicación de de una de las cartas/libro más polémicas de Arrabal, La carta a José María Aznar con copia a Felipe González

 

Besos pánico

Donde Arrabal se muestra más arrabaliano
-signiflque eso lo que signiflque- es en sus volcánicas y desmesuradas despedidas. En
las Cartas a Julius Baltazar hay una sublime colección de adioses: Tu pelicano que no repara en gastos. Recibe una luna llena, con insectos. Te envío un colchón de
negros sollozos. Te envío zarzas verdes robadas. Beso los secos sarmientos de tus vides. ¡Viva el ajedrez! Besos calados de anís griego. Ponte el sombrero de marinero y tu atlas de astronomía... Besos entre mapas y compasases. Salud, despótico adolescénte tentador. Besos, admiración y chocolate. Con mi admiración bajo la apariencia del mal. Convulsivamente tuyo. Besos y cuernos. Besos pánicos. Escupo en tus manos de asesino y te admiro. En chapines pienso en ti entre dos quimeras.
Tampoco desmerecen en lujo y voluptuosidad las dedicatorias de las misivas: Querido Baltazar de los pavos reales. Alejado leñador de la metamorfosis.

Querida canícula emperifollada. Rey mago y principe de los terroris-tas. Querido agitador de llamas. Clarín fogoso. Querido monstruo. Querido africano de la última pol-ka. Con talle de cerezo en flor.

Según el profesor Torres Monreal -traductor también de estas Cartas a Julius Baltazar - «Están escritas en francés porque el destinatario, el pintor Baltazar, es francés, péro se produce un curioso fenómeno porque cuando Arrabal escribe en francés hay una poetización de su escritura. Si toda su obra es

 

 

muy poética, en las cartas es especial-mente metafórico. No emplea la carta como un artefacto para crear ficciones, son misivas reales enviadas a un amigo, con referencias pragmáticas e incluso

crematísticas, con referencias a exposiciones y publicaciones, son cartas que él no cree que
se vayan a publicar. Son cartas en las que también se juega con la ambigüedad sexual y afectiva de Baltazar. «Estas cartas - añade -son quizá el mejor libro de poemas de Fernando Arrabal».

Algunos ejemplos de este libro de asombro, sorpresas y destellos: «No conduzcas demasiado deprisa hacia la eternidad». «Nuestra pulga es fecunda de desconocidas, es pura como el espejismo y apesta como el tumulto prodigioso». «Llevo un sombrero hongo. Libra-te del mal, cráneo luminoso». «Mi biblioteca encierra un murciélago detrás de cada libro». «No bromees nunca con el humor. El tiempo, que no la mujer, es nuestra patria eterna». «No olvides que tienes un alma de piel de narania. Que la espu-
ma de las olas bajas recaiga sobre tu escépticismo». «Hay metáforas de las que desconocemos sus circunstancias y su origen, si tuviéramos todas las claves quizá no nos sorprenderían tanto», explica Torres Monreal. Y lo dijo Fernando Arrabal en Murcia: «El genero epistolar lo he practicado de una forma no solemne como si hubiese presentido la invención del fax o el emilio. Escribo como sino fuera jamás a ser publicado».